lunes, 26 de abril de 2010

LIC EN EDUCACION FISICA

FUNDAMENTOS SEMIOLOGICOS

ANDRES CAMILO SUESCA TRIANA COD: 25092025

La obra de friedrich Nietzsche “El porvenir de nuestras escuelas” permite a los lectores crear un espacio de reflexión , acerca de las implicaciones y el significado de ser maestro, su rol en las instituciones educativas , a su vez nos brinda una mirada a las problemáticas que aquejan la cultura, la escuela y el Estado
Nietzsche, al comienzo del texto solicita al lector que sea paciente, objetivo ,moderado ,que no se cuestione sobre sus principios éticos ,que carezca de pensamiento lineal y si al verse afectado de una u otra manera con aquellos textos en estudio, no lo tome a modo personal solamente se cuestione sobre ello.
Encontramos una tesis clave con respecto a la cultura y las dos corrientes que allí se presentan; por un lado tenemos la corriente expansionista que pretende llevar la cultura a espacios más amplios, por otro lado la tendencia que busca y pretende debilitarla, degradarla y colocarla al servicio del Estado, que sólo tiene aspiraciones de producción y utilidad.
A nivel de formación y educación, se estaría hablando de “instituciones para la cultura e instituciones para las necesidades de la vida” .Esta realidad se puede ver reflejada en las academias, politécnicos, corporaciones tecnológicas, centros de educación no formal, instituciones las cuales tienen visiones y objetivos sistemáticos para acelerar los procesos de formación, de profesionalizarse lo más pronto posible, en que sus estudiantes sean solucionadores de problemas y rendimiento efectivo.
Nos olvidamos de algo esencial e importante y es que dichas instituciones no brindan espacios ni especifican los niveles de calidad, ni tampoco ofrecen una proyección de que logros o metas les puede brindar esa formación a nivel personal ¿ Cómo afecta esta situación a quienes ejercen una profesión en su crecimiento personal o en sus expectativas de vida a causa y consecuencia de esa formación? , ¿ Nos encontramos en una burbuja la cual cuando se destruya nos dejará en el desconcierto , la duda y la soledad , sin un norte al cual ir ?.
Esto mismo le sucede a los educadores, quienes están en constante aprendizaje, actualizándose, informándose diariamente , es decir van con el cambio ,tratando de no dejarse aplastar por una cultura en permanente renovación y otros en el proceso olvidan los principios de esa misma cultura .
El filosofo Nietzsche habla de los Griegos y Romanos como base del emprendimiento y enfatiza diciendo que como es posible que un maestro sin conocer de ellos pretende alcanzar una cultura autentica, estaría sólo aparentando que se dirige hacia ésta por la necesidad de vivir de la transmisión del conocimiento, como profesión .
Sería muy triste enterarse como educadores que en un futuro seremos, que la profesión que ejercemos está impulsada por la necesidad de vivir llegando a ser mediocres en nuestro desempeño. Que bueno sería como maestro saber que las acciones, los compromisos, los sacrificios y la enseñanza, se hacen con pasión, con amor y por transformar una realidad positivamente, a pesar de ser una tarea larga y empírica.
Para nadie es nuevo saber que la escuela prepara a las personas para la vida; pero ¿Qué tan preparados están los que educan para guiar correctamente en un mundo cambiante? El cual evoluciona y se destruye .Entonces para qué educar si de todas maneras acabaremos mal, se preguntarán muchos. La respuesta de esa pregunta está en la ardua y bella tarea del educador, mirar más allá de lo que se ve y está mal para sacar lo mejor de esas personas .